Aquitania nació de la inquietud de un viticultor de Sanxenxo, que decidió apostar por este modelo de negocio, pasando de un lagar doméstico a desarrollar una bodega moderna con alta tecnología enológica.
Llamaron a la bodega con el nombre de una región lejana, queriendo recordar la tierra de donde la cuenta la leyenda. Un monje vino a la Rías Baixas y se dice que fue él quien elaboró el primer vino Albariño. Ese monje se llamaba Bernón y en su honor también le dieron este mismo nombre a uno de sus vinos.
En el exterior, la bodega tiene un diseño absolutamente rompedor, con líneas puras y materiales nobles de la zona.
Esta bodega quiere trabajar con su principal activo, una uva tan singular como la del Albariño en un lugar tan singular como el Rías Baixas.
Aunque solo vinifican la variedad Albariño, también realizan pruebas experimentales con otras variedades gallegas.
En algunas parcelas tienen cepas de más de cien años que conviven con otras más jóvenes dando complejidad a los vinos.
En Aquitania pretenden recuperar la pureza del Albariño y esa fuerza del Rías Baixas que están pegados al Atlántico.
Algunos de los últimos premios son:
Medallas de oro vinos Bernón y Aquitania cosecha 2020, “citadelles du vin”, 2021
Medallas de Oro Vinos Aquitania y Bernón Cosecha 2019, “Guía de Destilados y Bodegas”, 2021
Medalla de Plata Aquitania y Medalla de Bronce vino Bernón cosecha 2019, “Decanter World Wine Awards”, 2020
Medalla de plata vino Bernón cosecha 2018, “Decanter World Wine Awards”, 2019
Medalla de Bronce Bernón y Medalla de Plata Vino Aquitania cosecha 2018, “International Challenge Contest”, 2019
Es un vino blanco de color amarillo dorado brillante. En nariz es armonioso y sutil, entre notas de fruta madura y vainilla.
Con una graduación alcohólica del 12,2%.
Para acompañar cualquier plato de la cocina gallega, por ejemplo, a la plancha o pescado en cazuela, marisco, quesos frescos, carnes blancas, etc…
Tiene un color amarillo pajizo pálido con reflejos verdosos.
Una fina estructura ácida, grandilocuente y pleno dulce, final largo y redondo en boca.
Con una graduación alcohólica del 12,2%.
Para acompañar a cualquier plato de la cocina gallega, como mariscos o quesos frescos.
Vino blanco con reflejos verdosos e irisaciones doradas.
En boca es amplio destacando la presencia de frutas maduras bien ensambladas y retronasal intensa y persistente.
Con una graduación alcohólica del 12%.
Para acompañar a cualquier plato de la cocina gallega, como pescados o carnes blancas.